Este fin de semana casi me quedo sin cocina. Así, tal cual. Incidencias del día a día que se saldan por un buen susto y una intensa sesión de limpieza..
Todos tenemos un lado creativo, y tras lamentarme (un par de minutos, no más) uno se pone en plan filosófico, buscando la oportunidad en la crisis generada y empieza a pensar en que hacer para mejorar la zona afectada.
Y para decorar paredes de oficinas, cocinas y en suma cualquier espacio, está el vinilo para cocinas impreso.
Sus ventajas son múltiples: tamaño ilimitado, personalización (con logotipos, colores corporativos) tematización, fácil instalación y reposición o cambio, y todo esto a un coste muy interesante.
Así que ya estoy desarrollando el nuevo aspecto de la pared de mi cocina…
Eso sí, mientras, el tener que pintar la pared no me lo quita nadie.