Últimamente, el mercado inmobiliario no deja de dar sobresaltos y presentar noticias, como poco, antagónicas.
El temor ante el «banco malo» y la poca competitividad que tendrán otras entidades frente a los precios que se estima que propondrán suponen un problema a la hora de prever los resultados a obtener durante el próximo ejercicio, al igual que la subida del IVA.
Un tímido repunte de ventas que llevamos unas semanas notando es, con toda probabilidad una consecuencia del temor a la llegada de la anteriormente mencionada subida del IVA, pero también de un sentimiento generalizado de que los precios actuales son ya razonables y que, a fin de cuentas, una vivienda siempre es necesaria, por ejemplo para los jóvenes.
La mora y los desahucios se siguen disparando y no pasa un día sin que en periódicos o informativos den datos en alza, o cuenten como se desarrollan movilizaciones y protestas, como la ocurrida hace unos días en Barcelona.
Ante este panorama, los bancos mantienen su política conservadora y no financian la compra de viviendas, o si lo hacen, con cuentagotas. Así, El 75% de los inversores estiman que la financiación al sector inmobiliario no se normalizará antes de 2015, según un informe realizado por la tasadora Tinsa y la consultora IPD.
Con todo esto, un valor seguro es la venta de bienes inmobiliarios de alto standing, y para ello las miradas se dirigen hacia el extranjero. A los multimillonarios rusos se suman ahora los Chinos que suponen un mercado emergente y muy interesado en las posibilidades que ofrece nuestro mercado… si bien suponen una inversión elevada en captación y publicidad.
Las últimas noticias en ese sentido, con la ya famosa propuesta de ley de NIE con la compra de una vivienda de más de 160.000€ para extranjeros es un indicio más que alienta a pensar desarrollar los negocios inmobiliarios hacia el mercado extranjero.