La publicidad como la conocemos parece tener los días contados. Si buscamos resumir el propósito de la publicidad de forma somera, diríamos que es algo así como «Convencer de los beneficios de un producto para adquirirlo». Pero esta comunicación de un sentido parece hacer aguas frente a las nuevas tendencias mucho más interactivas.
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¿Que le pasa a la publicidad?
La publicidad tradicional parece no conseguir asimilar la «revolución digital» y hasta ahora, sus intentos de fagocitar el mundo digital de los millenials no parece haber dado sus frutos. Quizá precisamente por eso, por intentar asimilar esa revolución digital en vez de transformarse y adaptarse a ella. Pero para no confundirnos, aclaremos conceptos:
Publicidad tradicional vs publicidad millenial
La publicidad millenial es una publicidad actual, fresca, donde la inmediatez prima, y el usuario está en el centro de ella. La idea prima y es cercana, muchas veces desarrollada a pie de calle, mediante happenings, eventos… y su objetivo es acercar la filosofía de la marca al usuario. Identificarlo. y los creativos son los famosos millenials, que poco a poco cogen peso a través de agencias digitales.
La publicidad tradicional sería la que es desarrollada por agencias de medios clásicas, con su estructura de carteras de clientes, campañas, desarrollo y emplazamiento en medios. Resumiendo, podríamos decir que la entendida como publicidad tradicional trata de vender un producto. La diferencia es notable aunque sutil: Como dicíamos antes, y en contraposición, la publicidad millenial trata de humanizar y acercar las marcas a los usuarios que terminan identificándose con sus producto. Claro que los medios digitales forman parte del proceso, pero no parece encajar del todo ambos mundos.
Creatividad como leitmotiv
La creatividad es el motor que mueve ambos tipos de publicidad, pero hay que reenfocarla hacia este nuevo lenguaje, en pleno desarrollo y metamorfosis. Y claro está, adecuarlo a unos medios en los que prima la inmediatez. En este aspecto chirría muchas veces el tiempo que necesita el desarrollo de una campaña, un vídeo, pero el rápido desarrollo de medios también es una vía de escape. ¿Creatividad pura, sin artificios e inmediatez no son, a fin de cuentas, partes de lo mismo si hablamos de un lenguaje cercano donde prime la verdad?
Soportes tradicionales al servicio de una publicidad auténtica
Los soportes tradicionales son, en este mundo cambiante una de las grandes preguntas. Pero nada ha de desaparecer, sino adaptarse. La televisión, la radio pasan a ser dos soportes en medio de una oferta inmensa y creciente donde blogs, webs, redes crecen exponencialmente. La publicidad se hace glocal, de una calle de un barrio hacia el mundo entero a través de plataformas de vídeo, redes sociales… Pero al final lo que debemos tener claro es que no diseñamos un mensaje para ser reproducido en un máximo de medios, sino que hay que pensar justamente al revés y elegir qué medios son los que se adecuan a nuestro mensaje para llegar a nuestro público. De ese modo, un evento original en el que situamos una lona o unos rollup, o la entrega de unos flyers en el momento adecuado pueden ser formas efectivas de llegar al consumidor.
Quizá no sean estos los mejores ejemplos, pero lo que debe quedar claro es que entramos en una época en que los medios son soportes, y el mensaje, el fin. Y que este último prima sobre todo. Una vez claro el mensaje, la forma de plasmarlo ideal vendrá sola.
Eso nos permitirá generar contenidos de calidad y así, quizá llegar al tan ansiado eldorado: el contenido de marketing viral.