De la misma manera que la televisión fue una revolución en el mundo publicitario que, de repente, irrumpía de forma visual y animada en los hogares, estamos viviendo una más que podemos sintetizar en la transición de lo colectivo a lo individual.
Tabla de contenidos
Medios impresos:
Estos son los más clásicos y no tienen visos de desaparecer siempre que haya una valla, una fachada, un poster, una lona que personalizar. El espacio físico sigue siendo un gran soporte y si bien las superficies editables van modernizándose (lona eco-friendly, papel reciclado…) Mientras exista el espacio físicos y superficies en las que colocar soportes editables seguirá existiendo. Se podría decir incluso que siempre ha existido. Pero sí es verdad que siguen una contínua evolución en la que los medios de publicidad impresa cada vez tienen que hacer más hueco a nuevos medios. La radio, el cine, la televisión en su día, internet, los dispositivos móviles ahora, etc.
Medios digitales:
Internet está en el corazón de la segunda gran revolución de la era informativa, y por ende de la publicidad que a través de banners, allá por el año 1994, y poco a poco (medios online, email marketing, campañas virales, redes sociales…) ha ido evolucionando hacia la multiplataforma y como decíamos antes de un consumo masivo dirigido a públicos más genéricos a un público cada vez más definido, casi personal, al igual que los nuevos dispositivos que situan al usuario en el corazón de su «mundo virtual».
El futuro:
Cerrar este planteamiento a lo que todos conocemos no deja de ser una labor de síntesis de evidencias que sin embargo nos llevan a pensar en lo que va a venir de ahora en adelante. Como decía una clave está en la individualidad. Está claro que el usuario, o consumidor tiene cada vez más criterio. Para ello solo debemos echar la mirada atrás y tirar de hemeroteca para revisar anuncios de publicidad antiguos, como el clásico de Cola Cao o el de Philips con Carmen Sevilla (Ver abajo), y comprobar, más allá del carácter nostálgico, el desfase de esos anuncios publicitarios, comparado con los de hoy que, con todo esto, normalmente preservan las viejas recetas y disfrazan los clásicos planteamientos publicitarios de forma ingeniosa para vendernos sus productos. Esto parece tener ya fecha de caducidad.
La proliferación de nuevos medios y dispositivos suceptibles de incorporar publicidad suponen cada vez más ventanas, en las que, paradójicamente, el mensaje ha de evolucionar hacia conceptos como el de enamoramiento con tal de fidelizar el cliente, hacerle identificarse con valores de marca, antes que pasar por anuncios clásicos, como podemos comprobar con Apple.
Sin duda es interesante parar un segundo, observar e intentar averiguar qué retos creativos nos plantea el futuro de la publicidad.
¿Alguna sugerencia, idea?